miércoles, 29 de junio de 2016

La Estrategia Turística ante el BREXIT

A pesar de las encuestas, muchos no pensaban que realmente el BREXIT triunfaría en el referéndum celebrado el pasado 23 de junio en el Reino Unido, y los que lo pensaban que ganaría, no creo que hubieran sopesado las consecuencias que puede llegar a tener.
Se vio a algunos temerosos cambiando las libras por euros en los días antes del referéndum pero lo más sorprendente es que tras anunciarse el resultado final han faltado manos para llevárselas a la cabeza diciéndose “¿y ahora qué hacemos?
Sencillamente entre populistas e irresponsables que no han pensado las consecuencias de sus acciones, lo cierto es que el BREXIT se ha iniciado.
Comienza un periodo de incertidumbre y de nieblas.
España será sin duda uno de los países que más se puede ver afectado por este futuro desconocido. Pero de otras más duras hemos salido.

Turismo residencial

Tenemos como vecinos censados más de 250.000 británicos, según el INE, y probablemente cerca de un millón está viviendo junto a nosotros durante largos periodos cuando el duro y húmedo invierno llega a las islas británicas.
¿Qué va a ser de todos ellos? ¿Qué sucederá con sus propiedades? ¿Se mantendrá la inversión inmobiliaria? ¿Y el turismo residencial de alto nivel?
Lo que está claro es que en los próximos meses la reacción se va a notar mucho más debido a los temores por lo que pueda suceder y el ritmo de la inversión sufrirá un brusco frenazo, especialmente en los niveles de la clase media. El riesgo de la depreciación de la libra y la complicación para la inversión por parte de los extracomunitarios serán factores que precisamente provocarán este parón.
Gran parte de los residentes y visitantes de larga estancia son jubilados y precisan una asistencia sanitaria que, con la salida del Reino Unido, tendrán problemas para seguir recibiéndola. La consecuencia será, en muchos casos, la venta de las propiedades y el aumento de la oferta disponible de vivienda residencial turística de nivel medio o bajo, lo que puede dar lugar a una bajada de precios en las zonas de mayo confluencia de británicos.
Las cosas no parecen estar tan claras en el caso de la vivienda turística residencial de alta gama. Aquí los procesos de decisión son más complejos y, por tanto, más difícil de predecir la evolución tanto en las nuevas inversiones como en las que ya están realizadas. Se puede tener la esperanza que, como ha sucedido en otras situaciones de crisis, la “alta gama” o el lujo no se vea afectado por ella. Esperemos que así sea, pero sería muy aventurado ofrecer un diagnóstico.
Si finalmente se confirma el Brexit, lo que es cierto es que los trámites burocráticos para realizar las inversiones al convertirse en extracomunitarios, se les van a complicar y alargar y eso, puede enfriar las ganas de inversión o aburrir a los inversores en el farragoso camino que solemos crear en este país a quien quiere invertir y traer algo más de riqueza.

Turismo sol y playa

Los británicos suponen el 25% de los turistas que visitan España y una bajada de la libra, unida a una situación de crisis o recesión en su país puede provocar igualmente un frenazo a esa cantidad de visitantes que recibimos de las Islas Británicas. Tenemos que pensar que en estos momentos la situación geopolítica de muchas zonas del Mediterráneo están favoreciendo un mayor flujo turístico hacia nuestro país y que eso en cualquier momento puede cambiar y que dejemos de ser el “destino refugio”.
Así que las perspectivas para el turismo de sol y playa tampoco son tan halagüeñas ni tan claras.

Nuevas estrategias

Estas situaciones de incertidumbre sólo deben dar lugar al replanteamiento de la estrategia turística hacia el mayor mercado emisor de Europa para que los problemas derivados del Brexit no se conviertan en un obstáculo y podamos establecer las líneas estratégicas para este mercado:

  • Favorecer la elección de España como destino favorito de los británicos.
  • Facilitar la permanencia de los actuales residentes británicos.
  • Diseñar convenios que permitan recibir la asistencia sanitaria a los residentes y los que tienen larga estancia.
  • Facilitar las inversiones y sus trámites para los extracomunitarios.
  • Agilizar los procesos de permisos de residencia para los inversores.
  • Simplificar el modelo para mantener el permiso de residencia.
  • Diseñar modelos fiscales que favorezcan la inversión.
  • Agilizar los trámites para las licencias y ofrecer las garantías jurídicas para las inversiones en vivienda de alta gama.
Las Administraciones Públicas, estatal, autonómica y local, deben ponerse las pilas y ponerse manos a la obra para que todas estas situaciones que pueden llegar a complicar la relación con los turistas e inversores británicos tengan una vía de solución antes de que el problema llegue a mayores.

¡Es tiempo de una nueva estrategia!

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