A pesar de las encuestas, muchos no pensaban que realmente
el BREXIT triunfaría en el referéndum celebrado el pasado 23 de junio en el
Reino Unido, y los que lo pensaban que ganaría, no creo que hubieran sopesado las
consecuencias que puede llegar a tener.
Se vio a algunos temerosos cambiando las libras por euros en
los días antes del referéndum pero lo más sorprendente es que tras anunciarse
el resultado final han faltado manos para llevárselas a la cabeza diciéndose
“¿y ahora qué hacemos?
Sencillamente entre populistas e irresponsables que no han
pensado las consecuencias de sus acciones, lo cierto es que el BREXIT se ha
iniciado.
Comienza un periodo de incertidumbre y de nieblas.
España será sin duda uno de los países que más se puede ver
afectado por este futuro desconocido. Pero de otras más duras hemos salido.
Turismo residencial
Tenemos como vecinos censados más de 250.000 británicos,
según el INE, y probablemente cerca de un millón está viviendo junto a nosotros
durante largos periodos cuando el duro y húmedo invierno llega a las islas
británicas.
¿Qué va a ser de todos ellos? ¿Qué sucederá con sus
propiedades? ¿Se mantendrá la inversión inmobiliaria? ¿Y el turismo residencial
de alto nivel?
Lo que está claro es que en los próximos meses la reacción
se va a notar mucho más debido a los temores por lo que pueda suceder y el
ritmo de la inversión sufrirá un brusco frenazo, especialmente en los niveles
de la clase media. El riesgo de la depreciación de la libra y la complicación
para la inversión por parte de los extracomunitarios serán factores que
precisamente provocarán este parón.
Gran parte de los residentes y visitantes de larga estancia
son jubilados y precisan una asistencia sanitaria que, con la salida del Reino
Unido, tendrán problemas para seguir recibiéndola. La consecuencia será, en
muchos casos, la venta de las propiedades y el aumento de la oferta disponible
de vivienda residencial turística de nivel medio o bajo, lo que puede dar lugar
a una bajada de precios en las zonas de mayo confluencia de británicos.
Las cosas no parecen estar tan claras en el caso de la
vivienda turística residencial de alta gama. Aquí los procesos de decisión son
más complejos y, por tanto, más difícil de predecir la evolución tanto en las
nuevas inversiones como en las que ya están realizadas. Se puede tener la
esperanza que, como ha sucedido en otras situaciones de crisis, la “alta gama”
o el lujo no se vea afectado por ella. Esperemos que así sea, pero sería muy
aventurado ofrecer un diagnóstico.
Si finalmente se confirma el Brexit, lo que es cierto es que
los trámites burocráticos para realizar las inversiones al convertirse en
extracomunitarios, se les van a complicar y alargar y eso, puede enfriar las
ganas de inversión o aburrir a los inversores en el farragoso camino que
solemos crear en este país a quien quiere invertir y traer algo más de riqueza.
Turismo sol y playa
Los británicos suponen el 25% de los turistas que visitan
España y una bajada de la libra, unida a una situación de crisis o recesión en
su país puede provocar igualmente un frenazo a esa cantidad de visitantes que
recibimos de las Islas Británicas. Tenemos que pensar que en estos momentos la
situación geopolítica de muchas zonas del Mediterráneo están favoreciendo un
mayor flujo turístico hacia nuestro país y que eso en cualquier momento puede
cambiar y que dejemos de ser el “destino refugio”.
Así que las perspectivas para el turismo de sol y playa
tampoco son tan halagüeñas ni tan claras.
Nuevas estrategias
Estas situaciones de incertidumbre sólo deben dar lugar al
replanteamiento de la estrategia turística hacia el mayor mercado emisor de
Europa para que los problemas derivados del Brexit no se conviertan en un
obstáculo y podamos establecer las líneas estratégicas para este mercado:
- Favorecer la elección de España como destino favorito de los británicos.
- Facilitar la permanencia de los actuales residentes británicos.
- Diseñar convenios que permitan recibir la asistencia sanitaria a los residentes y los que tienen larga estancia.
- Facilitar las inversiones y sus trámites para los extracomunitarios.
- Agilizar los procesos de permisos de residencia para los inversores.
- Simplificar el modelo para mantener el permiso de residencia.
- Diseñar modelos fiscales que favorezcan la inversión.
- Agilizar los trámites para las licencias y ofrecer las garantías jurídicas para las inversiones en vivienda de alta gama.
Las Administraciones Públicas, estatal, autonómica y local,
deben ponerse las pilas y ponerse manos a la obra para que todas estas
situaciones que pueden llegar a complicar la relación con los turistas e
inversores británicos tengan una vía de solución antes de que el problema
llegue a mayores.
¡Es tiempo de una nueva estrategia!